domingo, 31 de mayo de 2009

A 19 AÑOS DE LA PARTIDA, HONOR AL COMPAÑERO CLOTARIO.



Clotario Blest Riffo Nació en Santiago el 17 de noviembre de 1899. Luchó durante toda su vida por el cambio y su camino esta jalonado de hitos importantes. Participó activamente en el proyecto de llevar las ideas cristianas a los mas pobres y mostrar, con el ejemplo, que Jesucristo no era un monumento ni una estatua y que su ejemplo debía seguirse todos los días.
Entre 1920 y 1922, Clotario participó en charlas y conferencias entregadas por Luis Emilio Recabarren, a quien siempre admiró por la entrega a la causa de los trabajadores.
En 1921 participa en ” El Surco ” un grupo cristiano que tenía como fin organizar a los trabajadores.
En 1927 preside la Unión de Centros de la Juventud Católica y entre 1928 y 1939 formó parte de la Liga Social de Chile, que adhirió a la Republica Socialista y al Frente Popular.
En 1943 vio concretada quizás una de sus mas importantes iniciativas, al constituirse la ANEF, entidad que presidió y a la que estuvo permanentemente ligado
Durante el gobierno de Gonzalez Videla constituye la Junta Nacional de Empleados de Chile (JUNECH) y en 1951 organiza el ” Comando Unico contra las Alzas y la Especulación “.
En 1953 preside la Central Unica de Trabajadores, la que ayudó a constituir junto a otros dirigentes sindicales. En 1968 participa en la creación de la “Iglesia Joven ” grupo que posteriormente se tomará la Catedral.
En 1970 junto a estudiantes, obreros y profesionales crea el Comite de Defensa de los Derechos Humanos.
Después del Golpe Militar su figura pasa a ser uno de los símbolos de la lucha antidictatorial participando en acciones no-violentas en tribunales cárceles, calles, etc. Siempre con su overol y su larga barba blanca, apoyado por jóvenes, hombres y mujeres que no cejaron nunca en la lucha contra la opresión.
En 1976 junto al cardenal Raul Silva Henriquez apoya la constitución de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, que se realiza en su casa.
En 1978 recibe del Servicio Paz y Justicia, presidido por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Perez Esquivel, el Premio de la Paz.
Clotario pasó sus últimos días en la enfermería de la Iglesia de la Recoleta Franciscana en un pequeño cuarto, atendido por los padres franciscanos. Solo y pobre, con su mameluco azul y un cordón franciscano amarrado a su cintura, el ahora anciano de 91 años, fue poco a poco extinguiéndose, hasta que una enfermedad respiratoria terminó con sus días el 31 de mayo de 1990. Fueron cientos los homenajes y los ¡hasta siempre no te olvidaremos!, que se escucharon aquel 31 de mayo del año 1990. Acudieron a despedirlo a la capilla ardiente, los humildes y desposeídos, los que creen en la inevitable victoria de los mas pobres, aquellos que no tienen espacio en los medios de comunicación.
También estaban los figurines de ayer y de hoy, interesados en aparecer a cualquier espacio, esos que llenan de anuncios rimbombantes la prensa nacional y que van de un conflicto y drama a otro, no preocupados muchas veces del problema en si ni de lo que en definitiva pase con la gente, sino de su lucimiento personal.
Muchos personajes públicos desfilaron ante el féretro de Clotario comprometiendo su decisión permanente de lucha.
Altas autoridades dedicaron palabras de pesar y con su convincente oratoria dieron muestra inequívoca de conocer de la vida y obras de este luchador social que los había marcado.
Todos los medios escritos, hablados y audiovisuales hicieron un pormenorizado recuento de la vida y lucha de este hombre, dedicándole sus editoriales o paginas destacadas. No hubo censura en esta ocasión, a pesar de que durante su vida muchas veces no le dieron el mas mínimo espacio a su denuncia contra los abusos y descalificaron las acciones de protesta que encabezó.
En las organizaciones sindicales se guardaron minutos de silencio o se tributó un aplauso en homenaje al maestro que rendía su cuerpo a la muerte, pero dejaba una escuela que todos se comprometieron a mantener y extender en el tiempo.
Fue declarado, en vida y después de muerto, presidente honorario y se crearon movimientos con su nombre. Cual mas cual menos, todos destacaron su capacidad de luchar por lo que postulaba, su renuncia al lujo y a la comodidad, la critica certera que hacía a la burocracia, la discriminación y la exclusión.
Hoy Clotario Blest está casi completamente olvidado. Parece ser, en todo caso, el pago de Chile a quienes dieron su vida por una causa noble, a quienes renunciaron al bienestar personal preocupados de que los mas explotados estuvieran libres del abuso.
Tampoco se recuerda como lo merecen a Luis Emilio Recabarren, Hector Cuevas Salvador o a Luis Figueroa Mazuela, entre otro muchos héroes obreros.
Cientos de luchadores de distintos gremios, que hicieron del sindicalismo un apostolado como los antes nombrados, ni siquiera reciben una flor en sus tumbas luego de que pasa el furor de los homenajes.
A 19 años de su partida saludamos al compañero Clotario, convencidos de que su lucha continua y decididos a no dejar tiradas las banderas. Es el mejor homenaje que los trabajadores podemos hacer a CLOTARIO BLEST RIFFO.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente CGT


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